Comentario de texto de un fragmento de Últimas tardes con Teresa / Juan Marsé


Capítulo XIV
Teresa Simmons en bikini corriendo por las playas de sus sueños, tendida sobre la arena, desperezándose bajo un cielo profundamente azul, el agua en su cintura y los brazos en alto (un áureo resplandor cobijado en sus axilas, oscilando como los reflejos del agua bajo un puente) después nadando con formidable estilo, surgiendo de las olas espumosas su jubiloso cuerpo de finas caderas ágiles y finalmente viniendo desde la orilla hacia él como un bronce vivo, sonoro, su pequeño abdomen palpitando anhelante, cubierta toda ella de rocío y de destellos. Jean Serrat sonriéndole a él, saludando de lejos con el brazo en alto, a él, al tenebroso murciano, a ese elástico, gatuno, apostado[1] montón de pretensiones y deseos y ardores inconfesables, y dolientes temores (la perderé, no puede ser, no es para mí, la perderé antes de que me deis tiempo a ser un catalán como vosotros, caaaabrones!), que ahora yacía al sol sobre una gran toalla de colores que no era suya, como tampoco era suyo el slip que llevaba, ni las gafas de sol, ni los cigarrillos que fumaba, siempre como si viviera provisionalmente en casa ajena: ¿qué haces tú aquí, chaval, qué esperas de esa amistad fugaz y caprichosa entre dos estaciones, como de compartimiento de tren, sino veleidades de niña rica y mimada y luego adiós si te he visto no me acuerdo? Sólo por verla así, caminando despacio, semidesnuda y confiada, destacándose sobre un fondo de palmeras y selva inexplorada -¿acaso no era la isla perdida este verano?- valía la pena, y era suya, suya por el momento más que de sus padres o de aquel marido que la esperaba en el futuro, más suya que de cualquiera de los muchos amantes que pudieran adorarla y poseerla mañana. La colección particular de satinados cromos se abrió en su mano como un rutilante abanico: él y ella perdidos en la dorada isla tropical, solos, bronceados, hermosos, libres, venturosos supervivientes de una espantosa guerra nuclear (en la que desde luego y justamente hemos muerto todos, lector, esto no podía durar) construyen una cabaña como un nido, corren por la infinita playa, comen cocos, pescan perlas y coral, contemplan atardeceres de fuego y de esmeralda, duermen juntos en lechos de flores y se acarician y aprenden a hacer el amor sin metafísicas angustias posesivas mientras la porquería de la vida prosigue en otra parte, lejos, más allá de esta desvaída soltura de miembros bronceados (Teresa seguía avanzando perezosamente sobre la arena, hacia él) que ahora se arrastra con un ligero retraso respecto a la visión, con una languidez abdominal que se queda atrás: la sugestión de no avanzar en medio del aire caliginoso, una dolorosa promesa que arranca de sus hombros y se enrosca en sus caderas y se prolonga cimbreante a lo largo de sus piernas para fluir, liberada, derramándose como la luz, por sus pies, hasta el último latido de cada pisada. Venía con su sonrisa luminosa y un coco prisionero entre su cintura y el brazo, jadeante y mojada, trayendo consigo algo del verde frío de las regiones marinas, y se dejó caer lentamente a su lado, doblando las hermosas rodillas, y soltó el coco. Su cuerpo parecía tan habituado a correr y yacer en las playas, tal como si hubiese crecido en ellas, extrañamente dotado por la naturaleza para vivir aquí, siempre, bajo el sol…





Estructura externa
Fragmento en prosa del principio del capítulo XIV, de la novela “Últimas tardes con Teresa”, de Juan Marsé. El discurso principal es la descripción de la chica saliendo del agua (l. 27/37) o de Manolo (l. 8/10).
Estructura interna
[Manolo y Teresa han ido a pasar la tarde –Últimas tardes con Teresa- a la playa. Han tomado de la casa de ella lo necesario para los dos: bañadores, toallas… y están solos.] Tumbado en la toalla, mientras la chica se da un baño y sale del agua, Manolo reflexiona sobre la relación que mantiene con la joven. Esta reflexión, por una parte, es un examen en el que se calibra las expectativas o posibilidades de que la relación continúe; y, por otra, es una ensoñación del protagonista en la que su compañera y él viven solos su amor en una isla desierta.
Veamos estas partes:
1/7 Es una descripción idealizada de todo lo que Teresa realiza en la playa: tumbada en la toalla, bañándose, caminando…
8/15 Es en parte una ensoñación –Él forma parte ya de la familia Serrat. El padre de Teresa, también presente en esa ensoñación, le saluda en la playa- y, sobre todo, una descripción o retrato en la que se resalta su parte anímica, muy condicionada por la percepción que tiene de la relación que vive: ambicioso, pero miedoso porque teme que perderá a la chica.
15/35 A pesar de todo, aunque al final la pierda, Teresa formará parte de él, de su colección de recuerdos/cromos que atesoraba desde pequeño; por esta única razón, la experiencia merecerá la pena: así, pensando en el futuro, mezcla realidad –la tarde con Teresa en la playa- con la imaginación –en una isla paradisiaca también con ella.

Tema.
Formación del recuerdo/cromo de la relación amorosa que Manolo mantiene con Teresa.
Ensoñación de Manolo en la que él y Teresa comparten su amor viviendo en una isla cuyos únicos habitantes son ellos dos.

Resumen
[Manolo y Teresa pasan una tarde en la playa. Se encuentran en una parte en la que están ellos dos solos]. El joven observa atentamente lo que hace su compañera y todo le parece admirable: saltar en el agua, caminar… Le atrae la belleza de su cuerpo… Tumbado en la toalla, su mente analiza su relación y se da cuenta de su poca solidez: la amistad durará poco tiempo por la diferencia social que hay entre ellos. No obstante, sin aventurar lo que pueda suceder, el chico quiere aprovechar porque en ese momento ella es solo de él. Y esta experiencia la quiere conservar para siempre mejorando los perfiles reales de esa vivencia; por eso, en su ensoñación, la pareja no está en esa playa, sino en una isla paradisiaca donde comparten su amor.

Características del Realismo Social de los años 50 y 60 presentes en este texto.
El narrador es omnisciente. Se mete dentro de la conciencia del personaje y analiza sus complejos procesos de pensamiento. Además, valora permanentemente la acción y el comportamiento de los personajes. Por ejemplo, en la línea 23, apelando al lector, como narratario, ironiza con la ensoñación del protagonista que se imagina a él  y a Teresa solos en una isla: (en la que desde luego y justamente hemos muerto todos, lector, esto no podía durar).
También observamos alguna muestra del estilo indirecto libre, otra técnica frecuente en los novelistas de la época. Narrador y protagonista se funden en una sola persona y se reproduce el discurso del último, línea 9 y 10; y 13/15.
La preocupación por la sociedad de su tiempo y la crítica de la misma, propia del Realismo Social, se manifiesta no solo por la diferencia de clases y el mayor o menor poder adquisitivo: ...sino veleidades de niña rica y mimada, en la línea 15, sino en diferencias basadas en el origen de los personajes, como en la línea 10, …antes de que me deis tiempo a ser catalán como vosotros, caaabrones!  La novela es una feroz crítica de la burguesía catalana y también a los que intentan desclasarse, el caso de Manolo que aspira a igualarse en el modo de vida y en sus gustos a los de la burguesía que odia.
En la novela aparecen escenas de la sociedad de su tiempo: la forma de vida de los habitantes del monte Carmelo, el barrio de inmigrantes donde vive Manolo; la diferencia de veraneantes en Blanes: extranjeros, nacionales y ricos que viven en sus fincas sin apenas dejarse ver en público, etc.
Otra característica de la novela es el desorden temporal: la acción avanza y vuelve hacia atrás en el desarrollo de la historia; y el perspectivismo: un mismo hecho es narrado desde la experiencia del mismo por distintos personajes.

Comentario de las principales figuras literarias
Figura
Lí-nea
Cita
Comentario
Polisíndeton
8 y 9
apostado montón de pretensiones y deseos y ardores inconfesables, y dolientes temores
En la serie de adyacentes que se refiere a la palabra montón, las notas que el propio protagonista se aplica sobre él, parecen que no van a tener fin y cada nota aporta un carácter negativo mayor; todas son calificaciones para referirse a él a través de la metáfora MONTÓN.
Epíteto
4
Surgiendo de las olas espumosas
En la idealización de la muchacha, cualquier elemento que la pondere es aprovechado en la descripción, como la cualidad casi inherente de la espuma en una ola.

9
Dolientes temores
Se refiere a los temores de Manolo y se resalta un significado asociado a temor, siempre doliente. Se intensifica el miedo del protagonista a perder a la muchacha
Personificación
(y símil y metonimia)
6
Como un bronce vivo, sonoro
Se le aplica cualidades anímicas a un material. Para referirse a Teresa, se la denomina con el color de su piel dorada.
Símil
3
Un áureo resplandor cobijado en sus axilas, oscilando como los reflejos del agua bajo un puente
El hueco de las axilas es comparado al vano del arco de un puente, al igual que el resplandor de ella lo es al reflejo del agua que pasa debajo del puente.

14
como de compartimento de tren
La amistad con Teresa será como la que se mantiene con un viajero que está sentado a nuestro lado mientras dura el viaje.

23, 24
construyen una cabaña como un nido
Nido de amor, connotación que acrecienta la intimidad amorosa de los dos jóvenes.
Enumeración
8, 9
saludando de lejos con el brazo en alto, a él, al tenebroso murciano, a ese elástico, gatuno, apostado...
Se trata de una descripción que él mismo se realiza.
Símil
12
siempre como si viviera provisionalmente en casa ajena
Como si viviera de alquiler, sin propiedades...
Metáfora
1
Teresa… corriendo por las playas de sus sueños,
El termino real es ensoñación, la que él se estaba formando viendo venir a la chica hacia él.

8
apostado[2] montón de pretensiones y deseos y ardores inconfesables, y dolientes temores
Manolo es un cúmulo de defectos (término real) que se juntan desordenadamente.

20
La colección particular de satinados cromos se abrió en su mano como un rutilante abanico
Satinados cromos (también epíteto) recuerdos que Manolo colecciona como si fuera la colección de un niño. También, símil.
Personificación
14
Amistad fugaz  y caprichosa...
Aplica a la amistad cualidades anímicas.
Dilogía
14
Amistad fugaz y caprichosa entre dos estaciones
Estación del año / estación de ferrocarril, significado relacionado con el símil que viene a continuación: como de compartimento de tren. En todo caso, una amistad que será breve.
Sinécdoque
27
... más allá de esta desvaída soltura de miembros bronceados (Teresa seguía avanzando...
Se refiere a Teresa, a toda ella, nombrando los miembros de su cuerpo, la parte, miembros, por toda ella.





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Sinopsis

El asesinato de un diputado en un museo de Madrid lleva a un inspector inexperto a Salamanca, circunscripción por la que es electo el difunto. Durante la estancia en la ciudad se adentrará en el mundo académico, político y social en busca de indicios que expliquen los motivos que han llevado al verdugo a cometer tal atrocidad. El proceso indagatorio conducirá al detective a plantearse alguno de los principios por los que ha de regirse en su oficio, después de entrevistarse con testigos poco habituales que no parecen entristecerse con la muerte del político y que no aportan datos significativos del caso.

El ambiente de la localidad universitaria de principios de los noventa del siglo pasado, extraño para el protagonista, más la resolución del caso, le dejarán la sensación de fracaso de su valía profesional y, sobre todo, del papel que le corresponde como agente al servicio de la justicia. 


[1] Apostado, oculto.
[2] Apostado, oculto.

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